51.- EMILIO PRADOS, español https://www.blogger.com/blog/post/edit/3581348449120828000/8476078451769934480

CANTAR TRISTE

Yo no quería,
no quería haber nacido.
Me senté junto a la fuente
mirando la tarde nueva…
El agua brotaba, lenta.
No quería haber nacido.
Me fui bajo la alameda
a ocultarme en su tristeza.
El viento lloraba en ella.
No quería haber nacido.
Me recliné en una piedra,
por ver la primera estrella…
¡Bella lágrima de estío!
No quería haber nacido.
Me dormí bajo la luna.
¡Qué fina luz de cuchillo!
Me levanté de mi pena…
(Ya estaba en el sueño hundido).
Yo no quería,
no quería haber nacido.

EMILIO PRADOS, español (1899-1962)

JARDÍN CERRADO

Para mirar mejor la noche,
estoy parado a orillas de mi vida.

¡Ay, cuánta estrella cautiva!

Para mirar mejor la noche,
estoy parado junto al agua dormida.

¡Ay, cuánta estrella cautiva!

Para mirar mejor la noche,
estoy parado a espaldas de la brisa.

¡Ay, cuánta estrella cautiva!

Para mirar mejor la noche,
estoy parado al pie de una sonrisa.

¡Ay, cuánta estrella cautiva!

¡Ay, cuánta estrella cautiva
en el fondo de mi herida!
¡Ay, cuánta estrella cautiva
coronando mi agonía!...)

Para mirar mejor la noche,
estoy soñando junto al agua dormida.

¡Ay, cuánta estrella en la orilla!...

Para sentir mejor la noche
voy a arrancarle al surtidor su espina.

¡Ay, cuánta estrella partida!

...............................................

(Mueve el silencio las ramas
Un jazmín cae sobre el agua...

¡Ay, cuánta estrella en mi alma!)

Para mirar mejor la noche,
voy a dormirme a orillas de la Nada.

EMILIO PRADOS, VII
LA VOZ EN EL JARDÍN

Corazón, hoy te he visto
salido de mi cuerpo,
andar desnudo por la calle.

¡Qué sonrisa era el cielo!

Me acerqué para hablarte
y sólo te miré...
También tú, te acercaste;
pero seguiste luego,
corazón, sin hablarme.

¡Qué temblor en el aire!

—Si él me tocara, sólo,
tan sólo con un dedo
sobre la piel del hombro.
(Pensábamos los dos...)

¡Qué temor en la sangre!

—Vencerá ese silencio,
la piel de nuestro sueño,
amor...
amor...
(Cantaba el Tiempo.)

Y seguimos andando,
sin voz por el misterio...

¡Qué suspiro en la tarde! EMILIO PRADOS, SOLEDAD EN EL ALBA

¡Ay!, rosa, calla, calla:
ocultémonos juntos
bajo los pies del agua.

¡Ay!, calla, calla, viento :
bajo los pies del monte
dejemos nuestros cuerpos.
—¿Qué ocurre?
—El sol naciente,
—joya de primavera—
luce sobre lo verde.
—¿Y el amor?...
—En olvido.
(Como un rumor de sueños
rueda el agua en el río). EMILIO PRADOS CANTAR DEL DORMIDO EN LA YERBA

La muerte está conmigo;
mas la muerte es jardín
cerrado, espacio, coto,
silencio amurallado
por la piel de mi cuerpo
donde, inmóvil —almendra
viva, virgen—, mi luz
contempla y da la imagen
redimida del fuego.

Si he de morir, ya es muerte:
la estrella, la avenida,
el silencio, la noche,
el agua y el amor.

Lo dice así la fuente
y el suspiro.
También
mi sangre cuando besa.

Si he de morir: mis labios
vencidos de misterio
ya nada buscan: cantan,
pues no ha de ser mi olvido
la tierra ni el silencio...

Y el jazmín no pregunta
desmayado en la sombra :
—¿Adónde irá el lucero
que mi nieve ha perdido?...

Si ha de morir: su aroma
es muerte; su flor muerte,
como la tierra húmeda
del cerrado jardín
de mi alma, es carne
de la muerte, también:
¡Luz! ¡Fúlgida memoria!
¡Eje de un universo
nuevo, que va a nacer
sin niebla, al fin, de olvidos!

Lo dice así la fuente
y el suspiro.
También
mi sangre cuando besa. EMILIO PRADOS,      





 

Comentarios

  1. Ver la muerte como un universo que va a nacer, al fin, ya sin niebla de olvidos.....

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  2. ¡Qué suspiro en la tarde. Como un rumor de sueños rueda el agua en el río....

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