43.- MARGARITO LEDESMA, jurista de Guanajuato (1887-1974)
1988 / 03 sep 2018 16:35
Vivió en San Miguel de Allende toda su vida, fue notario público y diputado local y federal. Leobino Zavala Camarena adoptó el nombre de pluma "Margarito Ledesma". Es considerado un caso interesante en la lírica mexicana por su único libro, Poesías, editado en varias ocasiones y aumentado con nuevos poemas. Según Juan Domingo-Argüelles, Margarito Ledesma es una paradoja: quien podría haber sido considerado un “poeta popular” se convirtió en un "poeta de culto". A excepción de José Luis Martínez, José Emilio Pacheco y el propio Argüelles, la crítica literaria lo ha desdeñado. En sus poemas se concilian el humor, la comicidad y la caricatura con la mordaz crítica social, recursos que siguen vigentes a pesar de más de medio siglo de haber sido escritos. Sus temas son la política, la anécdota pueblerina, el capitalino y los personajes tipo de los que el "humorista involuntario" (como se hacía llamar también el autor) se burla. Algunos de sus poemas son considerados como una crónica social y política del México de su tiempo. Margarito Ledesma asegura que algunos poemas le fueron enviados para ser revisados, corregidos y publicarlos, como lo señala en sus prólogos, fundamentales para la comprensión de la obra de este poeta.
HORAS DE PASIÓN
el calorón que anuncia las tormentas,
y descargas eléctricas violentas
caían alrededor.
Todo callaba, todo estaba quieto,
y solo por momentos
se veían los relámpagos violentos
de aquel aguacerazo tan escueto.
Esta poeta decía de sí mismo que era un humorista involuntario. Desde su amado pueblo tenía como "asesor" al boticario que no le corrigió el Romeo y le dijo que lo correcto era Romero. Nos enseña mucho a burlarnos de las solemnidades y a tener amor por nuestros pueblos y sus dichos y tradicionesl
ResponderEliminarMargarito Ledesma es el humorista, en realidad voluntario , que a carcajadas nos enseña la humildad. Si aprendemos a reírnos de nuestras soberbias grandilocuentes caemos en la cuenta de que todos somos en realidad pueblerinos y que muchas veces nuestros asesores son como su compadre el boticario de Chamacuero que le corrigió su poema de que no era Romeo sino Romero el que se enyerbó con Julieta y como el propio Shakespeare intentó en la inmortal obra de los Amantes de Verona: que alguien llamara a sensatez a los jóvenes y los viejos cambiáramos para bien y abandonemos el sentimentalismo y los excesos de nuestras soberbias y venganzas. Eso hubiese evitado la trágica muerte de sus hijos. Al contrario de lo que muchos creen Romeo y Julieta no es una obra "romántica", sino un llamado a la que el amor y sensatez de los adultos guíen a los adolescentes a abandonar esta "sociedad líquida". Realmente el poeta sabía que el corazón es débil y que si se leva infla e infla más allá de lo prudente, revienta.
ResponderEliminarBuenos comentarios, Licenciado.
ResponderEliminarLa libertad de lo popular, la quisieran los doctos.
Lo popular no ha de ser silenciado,
aunque la rima no les rime a los otros.
Importa que se entienda alucinado,
el poema que ríe entre nosotros,
porque el humor satisfecho y agraciado,
sana amarguras, distensiona al potro.