38.- ANTONIO MACHADO, español, 1875-1939

 



Anoche cuando dormía…

Anoche cuando dormía
soñé, ¡bendita ilusión!,
que una fontana fluía
dentro de mi corazón.

Di, ¿por qué acequia escondida,
agua, vienes hasta mí,
manantial de nueva vida
de donde nunca bebí?

Anoche cuando dormía
soñé, ¡bendita ilusión!,
que una colmena tenía
dentro de mi corazón;

y las doradas abejas
iban fabricando en él,
con las amarguras viejas
blanca cera y dulce miel.

Anoche cuando dormía
soñé, ¡bendita ilusión!,
que un ardiente sol lucía
dentro de mi corazón.

Era ardiente porque daba
calores de rojo hogar,
y era sol porque alumbraba
y porque hacía llorar.

Anoche cuando dormía
soñé, ¡bendita ilusión!,
que era Dios lo que tenía
dentro de mi corazón.


A UN OLMO SECO

Al olmo viejo, hendido por el rayo

y en su mitad podrido,

con las lluvias de abril y el sol de mayo

algunas hojas verdes le han salido.

¡El olmo centenario en la colina

que lame el Duero! Un musgo amarillento

le mancha la corteza blanquecina

al tronco carcomido y polvoriento.

No será, cual los álamos cantores

que guardan el camino y la ribera,

habitado de pardos ruiseñores.

Ejército de hormigas en hilera

va trepando por él, y en sus entrañas

urden sus telas grises las arañas.

Antes que te derribe, olmo del Duero,

con su hacha el leñador, y el carpintero

te convierta en melena de campana,

lanza de carro o yugo de carreta;

antes que rojo en el hogar, mañana,

ardas en alguna mísera caseta,

al borde de un camino;

antes que te descuaje un torbellino

y tronche el soplo de las sierras blancas;

antes que el río hasta la mar te empuje

por valles y barrancas,

olmo, quiero anotar en mi cartera

la gracia de tu rama verdecida.

Mi corazón espera

también, hacia la luz y hacia la vida,

otro milagro de la primavera.

ANTONIO MACHADO 1875-1939

Comentarios

  1. La buena Poesía, siempre deja su resonancia, como las campanas que hacen vibrar a sus compañeras, o las cuerdas de la guitarra, a sus acompañantes, cuerdas y madera.
    El gran Poeta, al compartir su Poema, renuncia a sus créditos y a su preciada posesión. Sabe ya que su poema se universaliza en el sentir de sus lectores, y se alegra de que ambos, poeta y lector, vibren al unísono. El verdadero Poeta no conoce eso que llaman derecho de autor. Le gustan las sugestiones, variaciones y las traducciones que hace su público , las nuevas versiones y los nuevos ajustes y armonías. El poema, al ser publicado, ya pertenece a su público, y el Poeta, a sí mismo. Se equivocan los versados cuando hablan de plagio. El verdadero Poeta es impasible y se alegra, cuando ve sus versos digeridos por sus lectores, a su manera, y a su aire.
    Aunque también es cierto, que no hay que arreglarle la plana al Poeta, inigualable en lo que ha dicho bien y suficiente. Ante un buen Poema, el lector, siempre queda mudo, y deja que el Poema del Poeta, resuene en él por mucho tiempo, sin variación ninguna. Ya el lector conmovido, abierto a la influencia, dirá lo suyo sin vergüenza de haber sido permeado por el gran Poeta, en su momento. La originalidad no existe. Todo es relacional y de inconsciente influencia. Un buen Poema cambia a un Hombre. Ya no es el que era después de la poética experiencia.

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  2. MI CORAZÓN espera, siempre el milagro de la primavera porque anoche soñé , bendita ilusión , que era Dios lo que tenía dentro del corazón. Soñé un sol ardiente porque daba color de un rojo hogar y porque alumbraba y porque hacía llorar. Soñé un manantial de nueva vida dentro de mi corazón. Soñé que era una colmena dentro de mi corazón y con mis amarguras viejas en él trabajaban las abejas, blanca cera y dulce miel....

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