24.- Federico García Lorca, 1898-1936

LA MONJA GITANA

A José Moreno Villa

Silencio de cal y mirto.

Malvas en las hierbas finas.

La monja borda alhelíes

sobre una tela pajiza.

Vuelan en la araña gris,

siete pájaros del prisma.

La iglesia gruñe a lo lejos

como un oso panza arriba.

¡Qué bien borda! ¡Con qué gracia!

Sobre la tela pajiza,

ella quisiera bordar

flores de su fantasía.

¡Qué girasol! ¡Qué magnolia

de lentejuelas y cintas!

¡Qué azafranes y qué lunas,

en el mantel de la misa!

Cinco toronjas se endulzan

en la cercana cocina.

Las cinco llagas de Cristo

cortadas en Almería.

Por los ojos de la monja

galopan dos caballistas.

Un rumor último y sordo

le despega la camisa,

y al mirar nubes y montes

en las yertas lejanías,

se quiebra su corazón

de azúcar y yerbaluisa.

¡Oh!, qué llanura empinada

con veinte soles arriba.

¡Qué ríos puestos de pie

vislumbra su fantasía!

Pero sigue con sus flores,

mientras que de pie, en la brisa,

la luz juega el ajedrez

alto de la celosía.

Federico García Lorca, español 1898.1936

 







¡Ay, qué trabajo me cuesta
quererte como te quiero!
Por tu amor me duele el aire,
el corazón
y el sombrero.
¿Quién me compraría a mí
este cintillo que tengo
y esta tristeza de hilo
blanco, para hacer pañuelos?
¡Ay, qué trabajo me cuesta
quererte como te quiero!

Libro de poemas, 1921

Corazón nuevo

Mi corazón, como una sierpe,
se ha desprendido de su piel,
y aquí la miro entre mis dedos
llena de heridas y de miel.

Los pensamientos que anidaron
en tus arrugas, ¿dónde están?
¿Dónde las rosas que aromaron
a Jesucristo y a Satán?

¡Pobre envoltura que ha oprimido
a mi fantástico lucero!
Gris pergamino dolorido
de lo que quise y ya no quiero.

Yo veo en ti fetos de ciencias,
momias de versos y esqueletos
de mis antiguas inocencias
y mis románticos secretos.

¿Te colgaré sobre los muros
de mi museo sentimental,
junto a los gélidos y oscuros
lirios durmientes de mi mal?

¿O te pondré sobre los pinos,
libro doliente de mi amor,
para que sepas de los trinos
que da a la aurora el ruiseñor?

Reyerta


A Rafael Méndez




ArribaAbajo   En la mitad del barranco
las navajas de Albacete,
bellas de sangre contraria,
relucen como los peces.
Una dura luz de naipe
recorta en el agrio verde,
caballos enfurecidos
y perfiles de jinetes.
En la copa de un olivo
lloran dos viejas mujeres.
El toro de la reyerta
se sube por las paredes.
Ángeles negros traían
pañuelos y agua de nieve.
Ángeles con grandes alas
de navajas de Albacete.
Juan Antonio el de Montilla
rueda muerto la pendiente,
su cuerpo lleno de lirios
y una granada en las sienes.
Ahora monta cruz de fuego,
carretera de la muerte.



   El juez, con guardia civil,
por los olivares viene.
Sangre resbalada gime
muda canción de serpiente.
Señores guardias civiles:
aquí pasó lo de siempre.
Han muerto cuatro romanos
y cinco cartagineses.



   La tarde loca de higueras
y de rumores calientes
cae desmayada en los muslos
heridos de los jinetes.
Y ángeles negros volaban
por el aire del poniente.
Ángeles de largas trenzas
y corazones de aceite.
********************* 
Preciosa y el aire


A Dámaso Alonso





ArribaAbajo   Su luna de pergamino
Preciosa tocando viene
por un anfibio sendero
de cristales y laureles.
El silencio sin estrellas,
huyendo del sonsonete,
cae donde el mar bate y canta
su noche llena de peces.
En los picos de la sierra
los carabineros duermen
guardando las blancas torres
donde viven los ingleses.
Y los gitanos del agua
levantan por distraerse,
glorietas de caracolas
y ramas de pino verde.

*  *  *



   Su luna de pergamino
Preciosa tocando viene.
Al verla se ha levantado
el viento que nunca duerme.
San Cristobalón desnudo,
lleno de lenguas celestes,
mira a la niña tocando
una dulce gaita ausente.

   Niña, deja que levante
tu vestido para verte.
Abre en mis dedos antiguos
la rosa azul de tu vientre.

   Preciosa tira el pandero
y corre sin detenerse.
El viento-hombrón la persigue
con una espada caliente.

   Frunce su rumor el mar.
Los olivos palidecen.
Cantan las flautas de umbría
y el liso gong de la nieve.

   ¡Preciosa, corre, Preciosa,
que te coge el viento verde!
¡Preciosa, corre, Preciosa!
¡Míralo por dónde viene!
Sátiro de estrellas bajas
con sus lenguas relucientes.

*  *  *



   Preciosa, llena de miedo,
entra en la casa que tiene,
más arriba de los pinos,
el cónsul de los ingleses.

   Asustados por los gritos
tres carabineros vienen,
sus negras capas ceñidas
y los gorros en las sienes.

   El inglés da a la gitana
un vaso de tibia leche,
y una copa de ginebra
que Preciosa no se bebe.

   Y mientras cuenta, llorando,
su aventura a aquella gente,
en las tejas de pizarra
el viento, furioso, muerde.
******* 

Romance sonámbulo


A Gloria Giner
y Fernando de los Ríos




ArribaAbajo   Verde que te quiero verde.
Verde viento. Verdes ramas.
El barco sobre la mar
y el caballo en la montaña.
Con la sombra en la cintura
ella sueña en su baranda,
verde carne, pelo verde,
con ojos de fría plata.
Verde que te quiero verde.
Bajo la luna gitana,
las cosas la están mirando
y ella no puede mirarlas.

*  *  *


   Verde que te quiero verde.
Grandes estrellas de escarcha,
vienen con el pez de sombra
que abre el camino del alba.
La higuera frota su viento
con la lija de sus ramas,
y el monte, gato garduño,
eriza sus pitas agrias.
¿Pero quién vendrá? ¿Y por dónde...?
Ella sigue en su baranda,
verde carne, pelo verde,
soñando en la mar amarga.
Compadre, quiero cambiar
mi caballo por su casa,
mi montura por su espejo,
mi cuchillo por su manta.
Compadre, vengo sangrando,
desde los puertos de Cabra.
Si yo pudiera, mocito,
ese trato se cerraba.
Pero yo ya no soy yo,
ni mi casa es ya mi casa.
Compadre, quiero morir
decentemente en mi cama.
De acero, si puede ser,
con las sábanas de holanda.
¿No ves la herida que tengo
desde el pecho a la garganta?
Trescientas rosas morenas
lleva tu pechera blanca.
Tu sangre rezuma y huele
alrededor de tu faja.
Pero yo ya no soy yo,
ni mi casa es ya mi casa.
Dejadme subir al menos
hasta las altas barandas,
¡dejadme subir!, dejadme
hasta las verdes barandas.
Barandales de la luna
por donde retumba el agua.

*  *  *


   Ya suben los dos compadres
hacia las altas barandas.
Dejando un rastro de sangre.
Dejando un rastro de lágrimas.
Temblaban en los tejados
farolillos de hojalata.
Mil panderos de cristal,
herían la madrugada.

*  *  *


   Verde que te quiero verde,
verde viento, verdes ramas.
Los dos compadres subieron.
El largo viento, dejaba
en la boca un raro gusto
de hiel, de menta y de albahaca.
¡Compadre! ¿Dónde está, dime?
¿Dónde está tu niña amarga?
¡Cuántas veces te esperó!
¡Cuántas veces te esperara,
cara fresca, negro pelo,
en esta verde baranda!

*  *  *


   Sobre el rostro del aljibe
se mecía la gitana.
Verde carne, pelo verde,
con ojos de fría plata.
Un carámbano de luna
la sostiene sobre el agua.
La noche se puso íntima
como una pequeña plaza.
Guardias civiles borrachos
en la puerta golpeaban.
Verde que te quiero verde.
Verde viento. Verdes ramas.
El barco sobre la mar.
Y el caballo en la montaña.




Ya San Gabriel en el aire 

por una escala subía.
Las estrellas de la noche 

se volvieron siemprevivas.


Federico García Lorca


El barco sobre la mar


y el caballo en la montaña

Comentarios

  1. El verdadero poeta siempre se exige a sí mismo ir más a fondo de la verdad con su poesía. De ahí la alegoría que hace con el libro doliente del amor y con saber de los trinos que da a la aurora el ruiseñor.

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  2. El silencio de cal y mirto es el que envuelve al creyente cuando está meditando y orando, cuando siente que el alma está en contacto con Dios. El cristianismo continúa utilizando el mirto, esta vez con su sentido de pureza y fidelidad, para coronar a los nuevos cristianos en épocas tempranas o representando a la Virgen con una rama en señal de virginidad. Cfr. Wikipedia.
    Puede ser una imagen de flor y naturaleza

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  3. Favor de aclararnos cómo es que la luz puede jugar con el ajedrez alto de la celosía. Una botella de vino al que nos aclare esta imagen metafórica de por qué dice el poeta que mientras la monja gitana borda el mantel de la misa, la luz está jugando el ajedrez alto de la celosía. Consulten dos diccionarios: el común y corriente para ver los diversos sentidos de la palabra celosía y el diccionario de su imaginación para ver qué miró el poeta que sucedía en el cielo con el juego de luces, mientras la monja bordaba.....

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  4. Girasoles, alhelíes, malvas, magnolias, juego de luces en la celosía....

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  5. ¿Es el poeta o es la poesía o es el lector fascinado quien después de captar lo que dice este romance está bordando también ahora junto con la monja gitana?

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  6. ¿Por qué a ciertos enamorado les duele el corazón, el aire y hasta el sombrero?

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  7. Y me acuerdo cuando Yerma mata al marido estéril que la engañó y el canto dramático dice que el puñal llegó hasta la "oscura raíz del grito" ¿Qué es eso, amigos?

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